Un diseño simplificado, plano y más claro que se adapta mejor al entorno digital actual

Ya han pasado ocho años desde que realizamos una profunda reflexión sobre nuestra organización, su identidad y sus valores. Fue un proceso largo e intenso, fruto del cual surgió una imagen corporativa rompedora y diferenciadora que nos ha acompañado casi una década y nos ha servido como vehículo de expresión y comunicación. Hoy debemos dar respuesta a un entorno digital cada vez más diversificado y exigente, donde los puntos de contacto de nuestra marca se ven comprometidos por nuevos formatos, un consumo de la información que está en constante transformación y la evolución hacia marcas más simples e inmediatas.
El conjunto se alinea con las necesidades actuales de la organización y de un tejido empresarial y administrativo que demanda diálogos más directos, simples y decididos con los proveedores de servicios.
Consecuentemente hemos estilizado nuestra marca, simplificando sus formas (sobretodo la tipografía) y dando un claro protagonismo al símbolo. Un símbolo que, por otra parte, elimina elementos (la hoja de papel) y convierte el “bocadillo” en una forma que recuerda a una “P”.
La imagen conserva dos elementos diferenciadores que nos han acompañado desde el inicio: el color morado y el nombre de la organización con el texto en minúsculas.

El conjunto se alinea con las necesidades actuales de la organización y de un tejido empresarial y administrativo que demanda diálogos más directos, simples y decididos con los proveedores de servicios.